La planta de fresa pertenece al género Fragaria. Su nombre botánico proviene del latín fragans, que significa «olorosa» haciendo referencia a la fragancia que desprende. Es una planta herbácea y perenne de hojas vellosas y bordes dentados que están subdivididas en tres foliolos de borde aserrado. De color de verde intenso a rojizo se agrupa en falsas rosetas, con los segmentos ovalo-rómbicos. Sus tallos son pequeños y cortos donde nacen los estolones, que son las ramas rastreras donde se sitúan las hojas actuales y las futuras que ramificarán. El tallo puede estar tanto erguido como extendido y acostumbra a contener tejidos vasculares.
Sus raíces primarias se alargan ramificándose alrededor de la corona, las secundarias son fibrosas y aparecen de la corona cercana hacia la superficie. Las flores de la fresa poseen un cáliz con 5 sépalos junto a una corola de 5 redondos u ovalados pétalos blancos. Están agrupadas en inflorescencias y contienen órganos masculinos y femeninos, por lo tanto estamos hablando de una planta hermafrodita.
El fruto, es conocido como fresa, es un poliaquenio de aquenios ovoides que se vuelve carnoso y comestible al madurar. Si durante la polinización no se dan las condiciones climáticas favorables podemos encontrarnos con frutos deformes.
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